martes, 2 de mayo de 2017

Petrarca, Soneto CCXCIV

 

Resultado de imagen de petrarca  facsimilVive Petrarca, poeta italiano, entre 1304 y 1374, a él le debemos la creación del Cancionero, un conjunto de 366 poemas que conforman una secuencia narrativa, cuyo eje es la pasión amorosa no correspondida del yo poético hacia su amada Laura. Petrarca fue un modelo para muchos poetas posteriores, un claro ejemplo es Garcilaso de la Vega.
 
El Cancionero estaba compuesto de tres partes:

- Soneto prólogo en el que el yo considera su amor hacia Laura un "juvenil error" del que se avergüenza.
- Poemas in vita de madonna Laura que describen el sufrimiento de la voz poética desde el primer encuentro con Laura hasta su muerte veintiún años después.
- Poemas in morte de madonna Laura donde el yo poético expresa el dolor por la muerte de su amada, el deseo de reencontrarse con ella en el más allá y el arrepentimiento por esa pasión mundana.

Tema:

Este soneto se sitúa en los Poemas in morte de madonna Laura, en él convierte a la mujer en una diosa, en una mujer ideal. 
Está estructurado en dos tiempos, el pasado, cuando estaba con Laura y en el presente en el que reflexiona sobre lo que el yo poético siente.
En los tercetos aparece por primera vez el yo poético expresando su dolor.
En la última estrofa concluye condensando todas las ideas del soneto y presenta una idea pesimista porque aún se está a medio camino entre la Edad Media y el Renacimiento pleno.

Recursos estilísticos: 
  • Anáfora (repetición de una palabra al principio de diferentes versos): "...En verdad..." en el segundo terceto.
  • Antítesis (presentación de ideas contrarias): "Solía en mi..." y "...ahora me he..." en el primer cuarteto.
  • Metáfora (sustitución de un término por otro que están relacionados por parte de su contenido): "...bienes..." que representa al amor en el segundo cuarteto y "...luz Amor..." que representa a Laura en el mismo cuarteto.

SONETO CCXCIV

                                                   Solía en mi pecho estarse bella y viva,
                                                   como en lugar humilde gran señora;
                                                   ahora me he vuelto por su extremo paso
                                                   no ya mortal,mas muerto, y ella diosa.
                                                   Desposeída el alma de sus bienes,
                                                   y de su misma luz Amor desnudo
                                                   tendrían por piedad que romper piedras,
                                                   mas no hay quien su dolor escriba o cuente.
                                                   que dentro lloran,donde nadie escucha,
                                                   salvo yo mismo,al que el dolor oprime,
                                                   Que más que suspirar nada me queda.
                                                   En verdad solo somos polvo y sombre;
                                                   en verdad la pasión nos mata y ciega;
                                                   en verdad que falaz es la esperanza.



Melanie Fernández Martínez

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